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La propuesta de regulación ya está siendo revisada por la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios de la Casa Blanca.
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El objetivo de las tres órdenes es impulsar la fabricación e la innovación y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de adversarios extranjeros
El presidente Donald Trump firmó el viernes órdenes ejecutivas para aumentar las capacidades de los drones estadounidenses, incluido el fortalecimiento de las herramientas antidrones antes de grandes eventos deportivos como la Copa Mundial de la Fifa 2026 y los Juegos Olímpicos de Verano de 2028 que se celebrarán en el país.
“Tomar medidas en materia de seguridad del espacio aéreo nunca ha sido tan oportuno”, declaró el viernes a la prensa Michael Kratsios, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, al referirse a los próximos eventos que se espera atraigan a millones de aficionados a Estados Unidos. “El gobierno está tomando medidas enérgicas contra el uso ilegal de drones, ordenando la creación de un grupo de trabajo federal para garantizar el control estadounidense sobre los cielos estadounidenses y priorizando la detección e identificación de drones en tiempo real”.
El objetivo de las tres órdenes, según los funcionarios, es impulsar la fabricación y la innovación en Estados Unidos y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de adversarios extranjeros, como China, que domina el mercado de drones comerciales.
La administración también busca combatir a actores maliciosos, en particular tras la indignación pública del año pasado por el aumento de avistamientos de drones en Nueva Jersey. El reciente uso de armas aéreas no tripuladas en la guerra de Rusia contra Ucrania, que llevó a las fuerzas ucranianas a lanzar un audaz ataque con drones dentro de Rusia, también ha llamado la atención sobre los avances y las amenazas que plantea esta tecnología.
Una orden ejecutiva para mejorar las capacidades anti-drones exige acciones que incluyen la creación de un grupo de trabajo federal para revisar los marcos regulatorios actuales y desarrollar soluciones a posibles amenazas, según un alto funcionario de la Casa Blanca que discutió la acción bajo condición de anonimato antes de que fuera anunciada públicamente.
La orden también ordena al Buró Federal de Investigaciones, FBI, que brinde capacitación a las autoridades estatales y locales, e instruye a la Administración Federal de Aviación, FAA, de EE.UU. a que agilice la promulgación de una norma que permitiría a las personas solicitar a la agencia la prohibición o restricción del uso de drones cerca de ciertas instalaciones, como infraestructuras críticas, refinerías de petróleo, plantas químicas y parques de atracciones, según el funcionario. La propuesta de regulación ya está siendo revisada por la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios de la Casa Blanca.
“Los drones son una tecnología disruptiva”, afirmó Sebastián Gorka, asistente adjunto del presidente. “Tienen un potencial asombroso, tanto para el bien como para el mal”.
Una segunda orden ejecutiva busca promover el mercado estadounidense de nuevas tecnologías. Esta ordena a la FAA que agilice otra norma, actualmente en revisión por la Casa Blanca, que permitiría a las empresas volar drones más allá de la línea de visión directa de un piloto remoto sin necesidad de obtener exenciones individuales. Empresas como las que utilizan drones para entregar paquetes han afirmado que las normas les facilitarán ampliar sus negocios y expandirse a más ubicaciones.
Los funcionarios afirmaron que la orden también busca reducir la dependencia de la tecnología de otros países. Si bien no prohíbe a ninguna empresa en particular, como la china Da Jiang Innovations, líder mundial en ventas de drones comerciales, sí ordena al Departamento de Comercio que inicie investigaciones y revisiones regulatorias para proteger la cadena de suministro de drones en Estados Unidos.
Esto podría resultar en la inclusión de una empresa en una lista que impediría el acceso de nuevos drones a las redes estadounidenses, según uno de los funcionarios. La Ley de Autorización de Defensa Nacional, promulgada a finales de 2024, exigió la revisión de DJI y Autel Robotics, otra empresa china, para determinar si representan un riesgo para la seguridad nacional.
La administración Trump ha ampliado las restricciones a la transferencia de tecnología avanzada a China, incluida la inteligencia artificial y las piezas de motores a reacción, medidas que son un punto clave en las discusiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
Según el Consejo Atlántico, China controla 90% del mercado de drones comerciales en Estados Unidos y 80% a nivel mundial. Las empresas estadounidenses han tenido dificultades para competir, lo que, según la Asociación Internacional de Sistemas de Vehículos No Tripulados , se debe en parte a que Pekín subvenciona a sus empresas nacionales, lo que les permite ofrecer productos a precios significativamente inferiores a los de sus homólogas estadounidenses.
La tercera orden ejecutiva tiene como objetivo promover la tecnología supersónica en Estados Unidos, en parte derogando ciertas regulaciones que los funcionarios consideran que impiden el desarrollo.
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