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Ventajas de la activación del Bre-B
El Banco de la República ha puesto a andar el sistema de pagos, que no es nada distinto a una infraestructura digital que le permite a la plata viajar con beneficios para los usuarios
Bastante demorado, pero la economía colombiana ya cuenta con un proyecto de sistema de pagos digitales que beneficiará a las entidades financieras y, ante todo, será de alto impacto entre los cuentahabientes quienes sentirán en su bolsillo la nueva infraestructura que pondrá a andar el Banco de la República en los próximos meses. Hablamos de la transferencia de dinero entre entidades financieras y clientes, que es una suerte de autopista, hasta ahora compuesta por una suerte de “vías terciarias” administradas por entidades privadas que hacen valer sus “peajes”.
La circulación del dinero sin peajes, obstáculos ni caminos alternativos es fundamental para la salud de la economía, permite que los pagos con tarjetas de crédito, débito, transferencias electrónicas, cheques, sean más expeditas, al tiempo que se unifique la transmisión de mensajes de pago, hoy dominadas por plataformas electrónicas globales. El Banco de la República, con el sistema de pagos, debe garantizar la circulación digital del dinero y agilizar las transacciones comerciales que mueven el mundo, objetivos que fomentan la bancarización.
Hasta hoy, hacer transferencias de dinero entre distintas entidades es una acción leonina en contra de los cuentahabientes; por ejemplo, si se transfiere dinero de un banco a otro después de las 3:00 p.m., el dinero solo llegará al otro día, y si esta operación se hace un viernes de puente, solo se hará efectiva el martes siguiente; situaciones como la anterior son pan de cada día, sin que el sistema financiero haya tomado medidas básicas para beneficiar a los usuarios.
El sistema de pagos digitales que está adelantando el Emisor debería subsanar todas esas operaciones y hacerlas inmediatas, de tal manera que el dinero de los cuentahabientes rinda más y no se vaya diluyendo a través de microcobros, fruto de no haber un sistema de pagos digitales más adecuado a la época. El mayor reto del sistema de pagos es abaratar las operaciones y hacerlas inmediatas, como también lograr que los pagos con tarjetas de crédito o débito se masifiquen en todos los rincones de Colombia; el uso del ya viejo dinero plástico o tarjetas para realizar compras en comercios o transacciones en línea está dominando el mundo y brindándole acceso al consumo a cualquier persona, que no es otra cosa que la bancarización.
Cuando el Emisor anunció de manera muy tardía (esto debió pasar hace un lustro), la puesta en marcha del sistema de pagos colombiano, al que llamó “sistema de pagos interoperables Bre-B”, los bancos locales se montaron en la transformación del sistema e implementaron las llaves financieras, un mecanismo que permite realizar transferencias entre cuentas de distintas entidades de manera instantánea y gratuita, algo así como un dato fácil de recordar, (cédula, celular, email o código), que identifica una cuenta de ahorros, sin tener la necesidad de memorizar largos números de cuenta, no obstante, es una salida simplista que no reduce el tiempo entre operaciones, remesas o consignaciones entre ciudades, mucho menos entre países.
El Bre-B del Emisor no se puede quedar en simples expectativas de mejoramiento en la velocidad del dinero y los costos, es todo un reto que se debe poner a andar lo más pronto posible, pues los métodos de pago siempre van un paso adelante del sistema.
El mejor nefasto ejemplo de que las reglas son para romperlas es la regla fiscal, la norma que le impide a los políticos técnicos gastar y endeudarse más, pero que no sirve para nada
Solo evaluar suspender temporalmente la regla fiscal es profundizar la crisis en el manejo de la economía, es ponerle una condena a las finanzas públicas difícil de pagar
La política monetaria del Emisor debe ser muy quirúrgica, la inflación ya casi está en terreno de 4%, pero presionar desde el Gobierno para que los tipos bajen sin control, puede ser muy malo